35ºFICMDP: «Colección Privada» de Elena Duque

«En la estructura destellante y perfecta del cristal,
la zona de clivaje es aquella donde,
la unión de los átomos se muestra débil y donde,
por lo tanto el cristal se vulnera y se quiebra.
«Zona de Clivaje», Liliana Hecker.

por Jorge Cappelloni

En el vago recorrido que permite formular y reformular un festival de manera virtual – la edición del 35º Mar del Plata Filmfest 2020 fue enteramente online- se acentúa la posibilidad de que la elección de films se conforme como una decisión antojadiza y personal; que incluya o desdeñe, y dé forma a un festival diseñado a medida propia, un recorrido azaroso por las diferentes películas en oferta, que de tan singular puede no ser compatible con otros recorridos o combinaciones virtuales posibles.

Bajo esa consigna en este entorno digital plagado de nuevos significados, pude colectar una pequeña gema, Colección Privada. El cortometraje de Elena Duque, que participara en la Competencia Latinoamericana de cortos, es una visión personal, única y artesanal, un plausible recorrido por su (auto) biografía e historia familiar, hecho a través de colectar innumerables objetos y filmarlos en formato super 8, lo que nos permiten vislumbrar posibles recorridos, percepciones y asociaciones íntimas; una auto exposición frágil y vulnerable que alude a la cita de Liliana Hecker.

Colección Privada no es (y tampoco lo pretende ser) esa estructura destellante y perfecta que pareciera ofrecer el cristal cinematográfico de un largometraje, sino un viraje al interior de un mundo propio, poblado de pequeños y minúsculos objetos – un caleidoscopio que reúne piezas mínimas de orfebrería, postales de viaje, viejas anotaciones en hojas de cuadernos, diversas criaturas y animales, adornos antiguos, estampillas, mapas que trazan itinerarios, documentos personales, filmaciones caseras, etc., traídos del recuerdo a la captura de pulso vacilante en el frame inestable y granuloso del film super 8.

Sin dudas es un viaje a un territorio muy personal, que trae a la memoria recuerdos de infancia, un estado de ánimo, pero también permite no solo atesorar estos recuerdos y souvenirs, sino que también evoca en el espectador un viaje hacia su propio arcón de la memoria y colección de objetos (baste para ello la paradoja de la presencia de una esfera del clima con la inscripción de Mar del Plata que aún se vende en la ciudad). Y ello resignifica el hecho de rememorar la materialidad de ciertos objetos en medio de este paraíso virtual que parece dominar nuestra actualidad.

Colección privada es un pequeño diario de viaje a los recuerdos y objetos que coleccionables y colectados suponen un ida y vuelta, una partida y un regreso, una suerte de bálsamo frente a la «angustia del tiempo y de la muerte» en palabras de Jean Baudrillard.

Pero es también una posibilidad de rememorar y jugar arbitrariamente con el paso del tiempo y el pasado, y resulta generoso porque a modo de un puzzle quien lo ve puede armarse su propia e íntima colección privada .