Morir de Amor: La TV nunca se había atrevido a tanto

 Entrevista con Anahí Berneri y
 Griselda Siciliani.

Por Lorena Sánchez, desde Buenos 
Aires
https://sanchezsacco.tumblr.com/

Anahí Berneri, ganadora de la Concha de Plata como mejor directora en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 2017 por la película “Alanis” estrenó esta semana su primera ficción de TV, «Morir de Amor». Una coproducción entre Telefe, Cablevisión Flow y LCA cuyos 12 capítulos ya pueden verse bajo demanda en la plataforma Flow y el canal 1 de Cablevisión.

Sangre, amor y muerte

Morir de Amor es una serie fuerte y oscura, cuyo título tiene mucho de literal, que combina melodrama y acción con erotismo y mucho sexo. Con una filmografía marcada por el realismo minimalista, el debut televisivo la encontró “disfrutando caudales de sangre a lo Tarantino, con cuchillos y persecuciones, pero no como algo gore sino desde un lugar estilizado, con estética gótica y con un presupuesto de locos”.

 Las escenas de acción fueron su desafío y cuenta que hasta hubo una persecución en moto-sky y varios asesinatos. “No es común que a una mujer le den escenas de acción y lucha. Acá hay mucha sangre, golpes. Estoy contenta porque es la primera vez que trabajo con los géneros y me ayudó muchísimo hacerlo desde sus convenciones. Este es un thriller romántico con mucho de ciencia ficción, humor bizarro y muy irónico”, nos comenta entusiasmada la realizadora.

 Catorce años transcurrieron entre su primera película, “Un año sin amor” y esta primera serie televisiva, “Morir de amor” y ya desde el título se adivina alguna relación. “Les encontré mucho en común –reconoce-. En la película había una persona que busca superar el miedo y la soledad a través del amor y la recordé mucho con el texto de la serie. Creo que me llamaron porque trabajé mucho con el erotismo, lo manejo y no le tengo miedo. Acá hay muchas escenas de sexo, encarnadas por muchas mujeres que representas distintas edades, cuerpos y formas de deseos. Por otra parte, en mi cine hay mucha violencia contenida y escenas de violación”, explica sobre la relación entre su trayectoria cinematográfica y esta convocatoria.

Relaciones peligrosas

 La historia de la serie está protagonizada por Griselda Siciliani y Esteban Biglialdi. Ella, en la piel de abogada de una obra social que decide aprobación de las coberturas del seguro a pacientes terminales. Conociendo desde adentro los vericuetos y la injusticia del sistema de salud, el deterioro de los pacientes y el sufrimiento de sus familias, se entera de que padece una enfermedad terminal. Su mundo, autosuficiente y controlado, se le derrumba. Él es un meteorólogo, cautivante y misterioso, viudo, que se relaciona con mujeres con enfermedades terminales a quienes enamora, acompaña y termina asesinado. El encuentro entre ambos generará una relación peligrosa y trágica que hace transitar a la protagonista por un nuevo camino en el desenlace de su vida.

 Los autores de la serie, Erika Halvorsen y Gonzalo Demaría, presentaron la obra al INCAA y ganaron el concurso de Producción Audiovisual 2017. El proyecto se desarrolló en enero y tuvo 13 semanas de rodaje. Cada capítulo cuenta con participaciones especiales de Nacha Guevara, Brenda Gandini, Sofía Gala, Verónica Llinás, Daniela Cardone y Belén Blanco y otras figuras.

Mirada de género

 La llegada de Berneri redimensionó la forma de contar la historia y la óptica. “En esta época nos pareció importante tener una mirada de género porque se presentaba un personaje asesino de mujeres. Con la entrada de Griselda hablamos mucho y nos dimos cuenta que debía haber una heroína, enferma y atraída por la pulsión de muerte, con poco que perder pero buscando el amor como una forma de salvación. Trabajamos con la idea tramposa de que el amor nos puede salvar, con un protagonista elegante y una mirada patriarcal. Todos podemos caer en la trampa”, reflexiona la cineasta.

 Anahí sumó a su equipo de trabajo, con talento femenino en casi todos los rubros, algo poco habitual en una TV donde en las áreas de Dirección y Técnica cuentan predominantemente con varones. “Éramos como 30 mujeres! Había cierta sensibilidad. Por ejemplo, en las escenas de sexo me decían ‘no podemos mostrar esto así’. Cómo se representaba el cuerpo femenino era casi una mesa redonda” expresa con sororidad.

Aprender TV

 Hacer TV fue una experiencia de aprendizaje para Berneri. “Trabajar a dos cámaras, con otros tiempos y en lenguaje más explícito de lo que acostumbramos en cine fueron algunas de las cosas nuevas que me permitió aprender. Al terminarla nos preguntábamos ‘Y ahora, cómo se vuelve?’”.

 Sobre la actualidad, también, cómo no mencionar el momento que vive el país. Ella dice que es un contexto muy difícil y que repercute en el INCAA. “Yo soy parte del proyecto independiente y defiendo el cine y la ley, que ya existe y que hay que cumplir. Como directora y parte de las agrupaciones audiovisuales, mi deber es seguir militando y defenderla.” 

 La oscuridad de Griselda 

 Griselda Siciliani, la protagonista de Morir de Amor, tiene mucha experiencia en actuar dirigida por realizadores audiovisuales varones. Cuenta que es la primera vez que la dirige una mujer y en televisión. “Anahí es una genia. Se ve su mirada y su locura en la imágen y se nota en cómo está contada la historia. Hay ciertas imágenes que ella quería hacer y fueron espectaculares. El equipo técnico también, la luz, el arte! Es televisión pero incluso siendo un unitario, tiene mucho de cinematografía. Ella es una apasionada y laburadora incansable. Fue una experiencia muy hermosa».

 “Todas las escenas de la serie son importantes -remarca Griselda-. Cada una es ‘pará, pará’, no hay momentos de transición”.

 “Para interpretarla utilicé mucho mi oscuridad, que todos tenemos. El personaje está todo el tiempo en un plano muy oscuro, seco, parco. Parece que nada le ocurre. Ir a rascarse en ese lugar fue incómodo pero me divirtió”, agrega la actriz.

 «Morir de Amor» se grabó en locaciones reales y con mucho frío. “Al final del día todo eso pesa, es un agotamiento distinto que el de la comedia. Para ponerme en el lugar del otro tuve que comprenderla, defenderla y terminé amándola. No es lo que yo haría”, agrega. De eso, exactamente, se trata la actuación.

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