«Más allá de ser una película gay, Esteros es una historia de amor. No de cualquier amor, sino de ese que, de alguna forma, nos marcó porque quedó pendiente y retumbando en algún lugar de nuestra cabeza». Así define el director Papu Curroto a su auspicioso debut en el largometraje, en una historia que bucea en las inquietantes formas que adopta el deseo y el amor,en un continuo discurrir entre el pasado adolescente y el presente de la adultez, en el reencuentro de sus dos protagonistas masculinos. El film se convierte en una observación sobre los prejuicios familiares y el condicionamiento social sobre la homosexualidad, cómo así también propone una lúcida mirada sobre la propia condición sexual, con el paisaje del litoral argentino como marco de la historia.
por Jorge Cappelloni
¿Cómo surgió el proyecto del filme Esteros?
Esteros surgió de largas charlas con Andi Nachon durante unos viajes que hacíamos por trabajo. Fue una época en la que estaba cansado de trabajar produciendo para televisión y quería hacer algo personal, que me interpele mucho más. Le conté a Andi de una idea basada en recuerdos de mi infancia y le propuse presentarnos al concurso Raymundo Gleyzer de desarrollo de proyectos del INCAA. Ella se sumó y así lo hicimos.
Santiago Podestá, era amigo mío de la facultad, pero nunca había trabajado con él. Lo llamé y le conté lo que estábamos haciendo y se copó de una.
La experiencia del Gleyzer fue increíble, el proyecto creció un montón a partir de ahí. Ese año ganamos el concurso y nos dimos cuenta que funcionábamos muy bien como grupo, así que decimos crear Hain Cine, nuestra propia empresa productora para poder hacer Esteros.
En el 2013 el guion de Andi quedó seleccionado para participar del Curso de Desarrollo de Proyectos del Programa Ibermedia y viajé junto con ella a Madrid para trabajar sobre el guion. Allí tuvimos a Tomás Aragay y Alicia Paz Garciadiego como tutores, y el guión termino de cobrar la dimensión actual. Poder estar presente en ese proceso fue sumamente enriquecedor para mí.
Luego conocimos a los chicos de Mulata y de Latina Estudio (Brasil), y nos aliamos a ellos para producir la película.
¿Bajo qué premisas te planteaste filmar esta historia de amor- que retrata tanto el deseo adolescente como el despertar sexual de dos niños- y su reencuentro ya en la adultez en los Esteros correntinos?
Para mí lo fundamental es que Esteros, más que una salida del closet, era una historia de amor. Pero no de cualquier amor, sino de ese que, por no haber podido ser, se te queda grabado en la cabeza.
Es una historia sobre segundas oportunidades, pero esta vez con la posibilidad de ser uno el que elige, y sobre el peso y la responsabilidad de esa elección.
También es una historia que habla sobre el deseo, ese deseo que aparece antes de la noción de sexualidad, y justamente por eso se lo vive desprejuiciado y libre.
Creo que estas ideas o premisas me acompañaron a lo largo de todo el proceso de hacer la película.
¿ En este punto, qué nos podes decir del trabajo con la guionista Andi Nachon?
Increíble, qué más puedo decir. Me gusta mucho como escribe: los detalles y la sutileza de las situaciones que plantea.
Me encanta trabajar con ella y con Santiago Podesta. Creo hacemos un buen grupo juntos, justamente por eso la decisión de hacer Hain Cine: queremos que Esteros sea la primera de muchas películas más juntos.
Actualmente estamos desarrollando Leoncinho, nuestro próximo largo. Está basado en una idea que le propuse a Andi sobre la reconstrucción de una familia en un contexto de adversidad tras la pérdida de una pareja. Ella lo está escribiendo y la idea es codirigirlo juntos. Con Leoncinho volvemos a meternos en el cine lgbt, pero esta vez la historia es sobre una pareja de chicas.
¿Cómo fue la relación con los actores (tanto niños como adultos), que aspectos te interesaba resaltar en el trabajo de ellos para lograr la intimidad que se trasluce en muchas de las escenas?
Creo que para que la historia de Esteros funcione era fundamental que la relación entre los personajes de Matías y Jerónimo sea real. Es por eso que en los ensayos trabajamos mucho en la construcción de un vínculo entre los amigos, tanto con Ignacio Rogers y Esteban Masturini, como con Joaquin Parada y Blas Finardi Niz.
Trabajamos mucho en las miradas, la comodidad del contacto físico, el poder estar uno al lado del otro disfrutando de no hacer nada.
Con los chicos primero fue fundamental que se conozcan entre ellos, y que puedan llevarse bien, sobre todo porque eran muy diferentes entre ellos y nunca habían trabajado como actores. Fueron tardes de guitarreadas, jugar a la pelota, meterse en el tajamar y más que nada compartir.
Con los grandes fue fundamental un viaje que hicimos juntos a los esteros del Iberá: pudieron descubrir ellos mismos el lugar, y entender un poco más de qué iba la película.
Hay un trabajo muy cuidado en los encuadres y la fotografía (a cargo de Eric Elizondo) y elementos como el carnaval, el paisaje y la música del litoral que también juegan un papel muy importante en el marco de la película, si es así ,¿Qué premisas (narrativas/estéticas) te planteabas al contar con estos elementos para volcarlos en el filme?
Antes de arrancar la pre producción de la película, me miré muchas pelis de amor LGBT. Veía las cosas que me gustaban y las que no. Intenté escapar de algunas situaciones que para mí eran lugares comunes, y creo que en algún sentido lo logramos.
También con Eric hicimos un viaje a los esteros, para mí era fundamental que el paisaje narre, pero que no se coma la intimidad de los personajes. Ellos son el centro de la película.
Hablamos mucho de cómo me imaginaba la infancia y la juventud de estos dos amigos. Yo quería que la cámara los siguiera en el juego cuando eran chicos, y que ponga de manifiesto la distancia que había entre ellos de grandes. Es así que nos decidimos por una cámara en mano en las escenas de la infancia, y trabajar con trípode en la juventud. Luego esa libertad de la infancia se va recuperando cuando los jóvenes vuelven a los esteros y comienzan a compartir nuevamente de verdad.
Pensaba que el título “Esteros” podría tener una doble alusión: referir tanto a la extensión geográfica del litoral argentino,como a la misma historia “pantanosa” entre los protagonistas Matías y Jerónimo, donde subyace también la idea de represión sexual, el prejuicio en el seno familiar, etc. ¿Lo habías pensado así o crees que podría resultar de ese modo?
Sí, tenés razón. Es algo que no lo pensamos a priori, pero que tranquilamente puede leerse así. Los esteros son una zona muy calma en la que parece no sucede nada, pero en verdad está llena de vida. Solo hay que darse tiempo para descubrir todo lo que se encuentra oculto, camuflado entre el follaje. Creo que la peli tiene algo de eso. Los diálogos esconden más de lo que dicen, y cuando dicen nunca lo hacen de frente, siempre mediante la ironía o el sarcasmo. El conflicto de los personajes es sumamente interno, tiene que ver más con el no animarse a enfrentar lo que les pasa con el otro o el temor a salir lastimados, que con sucesos externos. En este sentido la peli es un poco como el paisaje de los esteros.
¿El film ha tenido un gran recorrido por varios festivales internacionales, que expectativas tenés sobre el estreno y el circuito nacional?
Sé que el cine nacional por lo general la tiene difícil en la pantalla local, pero creo puede funcionar bien. Es una peli muy amorosa que por lo general gusta mucho. Sería un error creer que está destinada únicamente a un público gay, solo necesita un poco de tiempo en pantalla para lograr un boca en boca adecuado.
¿Algo más que te gustaría agregar?
Uy uy uy… me quedé en blanco…(risas)
Estoy muy feliz del recorrido que tuvo la peli, y sobre todo por lo que fue el proceso de hacerla. La verdad me divertí mucho, y nada de eso hubiera sido posible sin la entrega y la confianza que tuve por parte de toda la gente que laburó en las diferentes instancias de Esteros. A algunos de ellos los considero verdaderos amigos o familia. Poder hacer lo que a uno le gusta y poder vivir de ello, complicado y a las puteadas, pero vivir al fin, es algo increíble!
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