Berlinale 71. Conversación con el director ganador del oso de oro por «Bad Luck Banging or Loony Porn» en la edición online del festival .
por © Cristina Piccino
«Estoy feliz de que mi película esté en la Berlinale incluso si está en línea, al menos aquí (en Rumania, ndr) demostramos que no somos estúpidos», bromea Radu Jude. Ventana abierta detrás de una primavera temprana en casi todas partes, cuando nos «conocimos» en zoom durante la Berlinale no sabía sobre el premio. Debe haber estado aún más feliz ayer (5 de marzo de 2021) cuando Bad Luck Banging o Loony Porn ganara el Oso de Oro en la Berlinale 71, edición online – para el público berlinés la cita es el próximo 9 de junio – prueba de la vitalidad del cine rumano a pesar de la crisis de la pandemia – «En Rumania los teatros están abiertos, pero quién sabe si es mejor así» comenta Jude.
En el origen de su película hay acaloradas discusiones con amigos sobre la historia de una maestra que fue expulsada de la escuela por un video en el que tiene sexo y que se difunde en línea. «Las reacciones de la gente fueron muy diferentes, como había un video todos pensaban que podían juzgarla. Y en este punto me pregunto: ¿qué importancia tiene la privacidad en nuestra vida con las redes sociales y todo lo demás? Hay un placer cada vez más generalizado en emitir juicios sobre esto o aquello que la pandemia ha acelerado».
Hablando de la pandemia: «Bad Luck Banging or Loony Porn» es también una de las primeras películas en las que el tiempo que estamos viviendo entra en el paisaje de la pantalla, los personajes llevan tapabocas, hay un distanciamiento social.
Nos hicimos la pregunta y nos pareció absurdo ocultar el contexto que entonces formaba parte del rodaje de la película. Junto con la productora, Ada Solomon, tuvimos que decidir si seguir rodando mientras llegaba la segunda oleada a Rumania o si posponer todo. Al final, continuamos trabajando con la mayor protección posible usando el zoom para el elenco y los ensayos con los actores. Dado que el equipo usó barbijos mientras estábamos filmando y las señales de la pandemia estaban por todas partes en la calle en la que nos movíamos, pensé en hacerlas visibles en la película. El plató se adaptó a las nuevas reglas, sin catering, solo bocadillos, distanciamiento: era agotador pero todos estaban contentos y solo algunos a veces no respetaban las reglas. Trabajamos bien, antes de que la salud de la gente de la película contara, todo estaba organizado en torno a esto. Nos perdimos muchas cosas, por supuesto, cenas, fiestas en el set, pero al mismo tiempo nos enfocamos más en el trabajo, no puedes tenerlo todo. Creo que un director debe saber lidiar con una situación como esta, la belleza del cine también significa aceptar desafíos.
De la historia de Emi, la profesora de historia acusada por los padres de los alumnos por el vídeo, llegamos a la Rumania actual.
Fue un punto de partida para investigar el estado del país partiendo de una pregunta: ¿qué es la obscenidad? ¿Qué hay detrás del contraste entre el video porno de Emi que es acusado de obsceno y la vulgaridad real contenida en las reglas que organizan nuestra sociedad, en muchas cosas que vemos a nuestro alrededor y que en cambio se consideran ordinarias? Toda la cuestión plantea dilemas morales que no conciernen solo al video de la pareja sino a toda la vida colectiva.
«Bad Luck Banging o Loony Porn» procede de tres movimientos, el segundo marca la diferencia ya que está hecho con imágenes de archivo.
Estoy cansado de la narración tradicional, no tenía esta estructura en mente desde el principio, la encontré poco a poco aunque ya estaba pensando en una obra abierta en el sentido en que Eco habla de ella, lo que me permitiría proceder de una manera mas libre. Durante la edición trabajamos en este contraste y una vez que entendí la estructura todo fue más fácil. Tengo la impresión de que los cineastas europeos de hoy están un poco atrapados por el «tema» quizás porque la financiación se basa en el guión y no en el componente visual. Esto los hace menos libres y quería intentar liberarme. Si uno piensa en Joyce, la literatura es sólo lo primero que se dice sobre Ulises y de qué se trata. Me gustaría que el cine estuviera menos bloqueado, que se permitiera respirar más.
El escenario del juicio a la maestra contiene representantes de diversas expresiones de poder, militar, riqueza, clero, en el patio de la escuela. ¿Hay algún material que te haya inspirado de alguna manera en particular?
En mis películas recojo lo que observo a mi alrededor, las lecturas, los elementos cotidianos incluidos los encuentros con los padres, la hipocresía con la que empujan a los niños, los moralismos, la competencia que se desarrolla en los colegios, especialmente los bachilleratos considerados los mejores. Creo que todo puede contar una historia.
© Cristina Piccino, Il Manifesto Società Coop. Editrice.
traducción y adaptación Jorge Cappelloni
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