Sin lugar para los débiles: Dulce País dirigida por Warwick Thornton

por Oscar Alvarez

Hay cinematografías que se caracterizan por un relato áspero, sin concesiones y al mismo tiempo de una inmensa y extraña belleza, tal es el caso del cine de Australia y eso es lo que ocurre conDulce País la película de Warwick Thorton. Es una suerte que películas no provenientes de las cinematografías centrales lleguen a los cines argentinos, porque logran airear una propuesta que a menudo sentimos como esquemática y reiterativa.

Nacido en lo que podríamos llamar la “Australia profunda”, Warwick Thornton no puede negar su naturaleza aborigen en la temática de sus films. Realizador ganador de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes 2009 y reconocido director de fotografía, cumple esos dos vitales roles en Dulce País, su última película estrenada esta semana en Argentina.

Con una historia ambientada en los inicios del siglo XX, la geografía de Australia juega un papel destacado en el film, imponiendo su clima árido y salvaje en el relato. Decir salvaje habla de cierto estado de la naturaleza pero también de cierta crueldad presente en los hábitos, dichos y acciones, en la cultura del hombre en suma. Pero aquí las palabras hombre y salvaje no connotan lo nativo, como mas frecuentemente ocurre, sino precisamente lo contrario, es el hombre blanco el que lleva adelante una conducta ”salvaje”. Es su prejuicio el que nos conduce a la tragedia; es su equivocado concepto de superioridad el que hace que los hechos se precipiten y magnifiquen.

El sonido de la película trabaja en la dirección de acentuar esta aspereza dramática; muchas veces el silencio acompaña las acciones o dichos distantes de los personajes, convirtiéndonos en espectadores silentes de la fatalidad. Otras veces agrega un misterio profundo a lo que vemos, ahondando su significado. Hablando del sonido, todo es lacónico en Dulce País, aún los más violentos estallidos de furia, ocurren ante nuestros ojos como un latigazo y así como se desencadenaron, cesan, dejando detrás el dolor que los caracteriza. Aquí el idioma se yergue como el lugar donde las culturas se manifiestan pero muchas veces se ocultan, a veces por costumbre y otras por conveniencia.

La fotografía por otra parte, nos pone en contacto con imágenes de una belleza agreste, despojada y que al mismo tiempo habla de la dura condición del paisaje y los hombres que lo habitan. La forma narrativa no deja de tener cierto rasgo experimental en determinados tramos, adelantándonos como un augur el destino de algún personaje, planteándonos de manera austera en otros, la interioridad y motivación de los mismos.

Quizás uno de los mayores logros de la película -y tiene varios- es transmitir al espectador la sinrazón del prejuicio, su capacidad de conducir a una situación sin salida, donde la violencia es el único falso escape. Hacia el final del film uno teme, como manifiesta uno de los personajes, que no haya solución para un estado de cosas donde la arbitrariedad es ley. Temor que se nos presenta hoy más allá de esa Australia de la ficción. Temor que compartimos con Sam, el protagonista, al emprender su triste y definitivo viaje al Corazón de las Tinieblas.

DULCE PAÍS – Título original: Sweet Country Año: 2017 Duración: 112 min. País: Australia Calificación: SAM 16 años Dirección: Warwick ThorntonGuion: Steven McGregor, David Tranter Fotografía: Dylan River, Warwick Thornton Reparto Hamilton Morris, Bryan Brown, Sam Neill, Thomas M. Wright, Matt Day, Ewen Leslie, Gibson John, Natassia Gorie Furber, Tremayne y Trevon Doolan

Festival Internacional de Venecia: Premio Especial del Jurado – Festival Internacional de Toronto: Mejor película – Platform Prize

Sinopsis: Inspirada en una historia real sucedida en el interior de Australia en 1929. Sam Kelly (Hamilton Morris), aborigen de mediana edad, trabaja para el predicador Fred Smith (Sam Nelly) en un rancho de los Territorios del Norte de Australia. Cuando Harry March (Ewen Leslie), ex veterano de la Primera Guerra Mundial, de carácter violento y cruel, se instala en un rancho vecino, el predicador envía a Sam para que ayude a Harry en las tareas del rancho. La relación entre ellos se deteriora rápidamente, hasta que Sam mata a Harry en defensa propia. Sam y su mujer Lizzie (Natassia Gorey-Furber) emprenden la huida. Pero la pareja será perseguida implacablemente por una patrulla comandada por el Sargento Fletcher (Bryan Brown). Cuando las verdaderas circunstancias del incidente salen a la luz, la comunidad comienza a cuestionarse a quién sirve realmente la justicia.

Salas

Bama Cine Arte

Village Recoleta

Artemultiplex

Del Centro (Rosario)

Trailer: https://vimeo.com/281627935

Más sobre la película

Criados tanto Thornton como su guionista, David Tranter, en el majestuoso, pero duro, desierto de la Australia Central, el director premiado en Cannes (Samsom and Delilah) se pone al mando de este western ambientado en las antípodas durante los años 20. En él se cuenta una historia real, la de los aborígenes que trabajaban en las fincas de los grandes terratenientes casi en régimen de esclavitud, y más concretamente la de un hombre negro acusado de matar a otro blanco que, tras ser declarado inocente por actuar en legítima defensa, fue víctima de un asesinato por venganza. Este caso sirve como punto de partida para que Dulce país hable sobre la división racial de aquellos años en un drama emocionante y conmovedor que encuentra uno de sus puntos fuertes en un cuidado visual y el impactante tratamiento de unos paisajes épicos, salvajes y hermosos, cuyos sonidos son la única banda sonora. A través de ellos se desarrolla una tensa y trepidante persecución, que terminará en una encarnizada lucha por hacer justicia. Al frente del reparto se encuentra el debutante Hamilton Morris, al que secundan Bryan Brown (“La luz entre los océanos”), Matt Day (“Scoop”) y Sam Neill (“La lección de piano”, “Jurassic Park”), entre otros.

La película tiene todos los elementos del género del Western: la frontera, la confiscación de las tierras, la subordinación y la conquista de un pueblo, así como inmensos paisajes con una enorme carga épica. Pero la situación es justo la contraria a la que vemos en muchos westerns clásicos. Aquí no hay héroes incuestionables, ni ideas simples sobre el bien y el mal que se cuentan con una narrativa clara y sencilla.

Notas del director

Cuando David Tranter (el guionista) vino a verme con un precioso guión, basado en las historias que le contó su abuelo, me sentí inmediatamente identificado con lo que contaba y me di cuenta de que había mucho de mí en la historia.

Nuestras familias pasaron por muchas situaciones parecidas y es una historia que escuchamos mientras crecíamos. En la década de 1920, nosotros, los indígenas australianos, no éramos técnicamente esclavos pero trabajábamos gratis. Lo hacíamos por un plato de comida bajo la autoridad impuesta por una ley llamada Native Affairs Act. Así que estas historias de familia también forman parte de mi herencia. De hecho, una parte personal de esta historia nos pertenece a todos.

Cuando yo era pequeño veía muchas películas clásicas en cintas VHS. Algunos eran westerns clásicos americanos y la verdad es que no me sentía identificado con ellos porque los indios eran siempre los malos. Y yo soy un indio, de una tribu indígena en un país que nos fue arrebatado.

Pero después descubrí otros westerns, muchos de ellos italianos; películas como El bueno, el malo y el feo, Un puñado de dólares, o la serie de Trinity, donde las cosas eran un poco diferentes. En estas películas había antihéroes, y los ladrones podían tener principios morales. Esas cintas me hicieron ver el potencial que tenía el género para contar mi historia.”

Director & Director de Fotografía

Warwick Thornton es un director, guionista y director de fotografía con prestigio internacional. Warwick nació y creció en Alice Springs, Australia y se trasladó a Sydney para estudiar Cine en la prestigiosa escuela australiana AFTRS. Warwick no tardó en hacerse un nombre en la industria rodando, dirigiendo y escribiendo una serie de cortometrajes, centrándose en historias de indígenas australianos contemporáneos. Nana y Greenbush se estrenaron en el Festival Internacional de Cine de Berlín donde Nana ganó el Oso de Cristal al Mejor Cortometraje, que convirtió a Warwick en una importante voz del cine australiano. Tras el éxito de estas películas, Warwick empezó a trabajar en su primer largometraje Samson & Delilah, un retrato sincero de la relación entre dos adolescentes aborígenes de Alice Springs. La película se estrenó en el Festival de Cannes de 2009 ganó la Cámara de Oro.

Aunque Warwick ha consolidado su posición de director y guionista, también es un reconocido director de fotografía. Más recientemente,ha dirigido el documental We Don’t Need a Map que explora la relación de Australia con la Cruz del Sur. La película se estrenó en la Noche de Apertura del Festival de Cine de Sydney en junio de 2017.

© 2018 FelliniA Tierra de Cine